México celebra la nueva pausa en los aranceles pero continúa la preocupación e incertidumbre
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CIUDAD DE MÉXICO — México celebraba el jueves la nueva pausa en la aplicación de los aranceles generales decretados por el presidente Donald Trump, pero el futuro de su economía sigue sin estar claro.
La presidenta Claudia Sheinbaum atribuyó el logro a las más recientes medidas en seguridad y lucha contra el fentanilo y a haber mantenido un diálogo respetuoso con el presidente estadounidense. Confió en poder esquivar también los aranceles recíprocos que Trump ha dicho que pondrá a partir de abril, puesto que México también paralizó su respuesta con sus propios gravámenes.
Sin embargo, empresarios y productores —aunque han respaldado al gobierno— siguen sumidos en la incertidumbre y la preocupación al no poner hacer planes a medio y largo plazo porque la amenaza se pospuso pero no se eliminó.
Trump anunció en sus redes sociales que México no tendrá que pagar aranceles en todos aquellos productos incluidos dentro del Tratado de Libre Comercio Norteamericano, el T-MEC, —que son la gran mayoría— hasta el 2 de abril, cuando Estados Unidos anunciará gravámenes recíprocos para todos los países.
“Hice esto como un gesto de buena voluntad y por respeto a la presidenta Sheinbaum”, escribió. El jefe de la Casa Blanca dio las gracias a la mexicana por “su trabajo duro y su cooperación” solo tres días después de asegurar que su gobierno estaba ligado y protegía a los cárteles de la droga.
La venta masiva en Wall Street se reanudó el jueves y un mercado de valores sacudido por el vaivén creado por los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump y la incertidumbre sobre la economía cayó drásticamente.
La mandataria mexicana explicó poco después cómo fue la llamada con su par estadounidense. “Le dije ‘estamos teniendo resultados, presidente Trump... ¿Cómo vamos a seguir cooperando, colaborando con algo que daña al pueblo de México?’”, señaló. “Tenemos resultados, pues hay que seguir teniendo resultados”.
Como ejemplo de que su gobierno ha frenado la llegada de fentanilo a Estados Unidos, dijo que las autoridades estadounidenses pasaron de decomisar casi 900 kilos de fentanilo en octubre a los 263 de febrero, uno de los principales argumentos de Trump para los aranceles. Recordó los logros en frenar la migración y el envío sin precedentes a Estados Unidos de 29 importantes capos que estaban encarcelados en México.
La presidenta mexicana, que ha evitado la confrontación directa con Trump, también parece alinearse cada vez más con el estadounidense sobre China, el mayor competidor de Estados Unidos.
Además de insistir en reducir las importaciones al país asiático, el jueves dijo que deberán revisarse los aranceles a esa nación cuyos productos han provocado la caída de la industria local, un fenómeno que Sheinbaum vinculó por primera vez a la violencia en el estado con más homicidios del país.
Las amenazas de gravámenes, que han ido y venido, han agitado los mercados financieros de gran parte del mundo, disminuido la confianza del consumidor y envuelto a muchas empresas en una atmósfera de incertidumbre muy dañina para todas las economías.
La nueva pausa da un respiro a México porque, según indicó Sheinbaum, aplica a “prácticamente todo el comercio que tenemos con Estados Unidos”, un flujo comercial que se sitúa en torno a los 840.000 millones de dólares anuales. No obstante, obliga al país a fortalecer su autosuficiencia a la vez que se buscan nuevos mercados y se apuesta por la integración económica de toda la región.
Sin embargo, empresarios y productores mexicanos están preocupados.
“Cualquier buena noticia es bienvenida, pero de ninguna manera se puede decir que ya pasó la amenaza”, explicó Alejandro Jaramillo, represente del sector industrial mexicano en Tijuana, frontera con California. “Son varias oleadas de aranceles que sortear y claramente no nos podemos relajar”.
El presidente Donald Trump aplazó el jueves los aranceles del 25% sobre la mayoría de los bienes provenientes de México y algunas importaciones de Canadá durante un mes, en medio de temores generalizados sobre el impacto de una guerra comercial más amplia.
En su opinión, lo principal es que México continúe las negociaciones sobre temas de seguridad, que son importantes para los dos países, y que haya mucha claridad y transparencia sobre el impacto concreto de cada una de las medidas y de los acuerdos que ahora parecen superponerse, como los relacionados con la industria automotriz, por ejemplo.
Este segundo embate arancelario generó efectos inmediatos en algunos puntos del país durante el par de días que duró.
Los cruces comerciales se resintieron en los principales cruces fronterizos entre México y Estados Unidos. Según los datos de Israel Delgado, líder de la cámara de transportistas de la región noroeste, el martes y el miércoles la salida de camiones con todo tipo de productos de exportación desde Nuevo Laredo a Texas se redujo un 80% y la entrada de importaciones apenas alcanzaba el 50% del ritmo habitual.
Mucho más al sur, en el estado occidental de Michoacán, se paralizó temporalmente el sector del aguacate, un producto del que este año se vendieron a Estados Unidos 110.000 toneladas antes del Super Bowl.
“El mercado está vuelto loco”, lamentó Jonathan Trujillo, un empacador y comercializador de la localidad de Uruapan que se siente en medio de una jugada de política internacional en la que todo depende de las decisiones de una sola persona: Trump.
Los productores dejaron de cortar aguacate desde el martes al jueves en espera de ver qué pasaba, dijo. Los comercializadores querían acaparar. Y nadie sabía qué hacer ni a qué precio comprar o vender.
“Ahora estamos tratando de consolidar mercados diferentes que, curiosamente, nos dan más estabilidad que el mercado que históricamente nos había dado justamente esa estabilidad”, agregó.
En un inusual gesto bipartidista, dos senadores han presentado una propuesta para frenar el flujo de fentanilo y sus precursores hacia Estados Unidos desde China, México y a través de otras fronteras, una de las razones que el presidente Donald Trump ha dado para sus nuevos aranceles.
Algo parecido están pensando los industriales de la frontera que trabajan en planes de diversificación de mercados o procesos de automatización, por si finalmente la amenaza arancelaria se concreta. Aunque son conscientes de que cualquiera de estas opciones lleva tiempo.
Por eso, muchos temen que la inestabilidad se alargue.
“Así vamos a estar, yo creo, durante todos estos cuatro años que esté Trump como presidente de Estados Unidos”, lamentó desde la fronteriza Ciudad Juárez Thor Salayandía, un empresario que tiene una pequeña fábrica de autopartes en esa localidad vecina de El Paso.
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